Por: Ilse Villanueva
“La música da alma al universo, alas a la mente, vuelos a la imaginación, consuelo a la tristeza y vida y alegría a todas las cosas”
Platón.
Ya en tiempos remotos se entendía a la música como un eje central en la vida de las personas, por mero placer, pero también como disciplina; quizás en esas épocas aún no se lograba aterrizar la importancia de la educación musical… Algunos indicios debían tener puesto que estaba relegada solo a las clases altas, a los cultos, a los “importantes”. ¿Qué habría pasado si desde la antigüedad se hubieran impartido clases de música a todos por igual? ¿Qué tipo de sociedad tendríamos hoy día?
Son diversos estudios y profesionales en el tema quien han descubierto el sinfín de beneficios que aporta estudiar música desde temprana edad: músicos, neurólogos, matemáticos, pedagogos, psicólogos, sociólogos, etc. Te invitamos pues a conocer todas las bondades que la educación musical nos otorga y como es que puede transformar nuestras vidas; sobre todo cuando es impartida desde temprana edad.
Primeramente, es importante señalar que los niños entran en contacto con la música desde mucho antes de si quiera nacer; esto gracias a que el oído es el primer órgano sensorial que se desarrolla dentro del útero y con el que somos capaces de captar tanto los sonidos que provienen de nuestra madre: el latido del corazón, la respiración; así como externos: música, ruidos, voces. Siendo así nuestro primer acercamiento al mundo, a descubrir y aprender.
Quizás esa sea la razón por la que la educación musical temprana se da de una manera tan fluida y natural mientras más pequeños estemos; pero, sobre todo, la respuesta a por qué aporta tantos beneficios, repasémoslos a continuación.
- Fomenta la creatividad y estimula la imaginación
- Potencia la memoria, atención y concentración
- Desarrolla la psicomotricidad y la expresión corporal
- Contribuye al desarrollo cognitivo
- Refuerza el lenguaje
- Mejora la percepción auditiva
- Mayor facilidad para la resolución de problemas
- Promueve la sociabilidad
- Potencia su autoestima
Estos beneficios no están dichos al aire, son diversos estudios que lo avalan e incluso; se puede ver muy a simple vista la relación que existe entre la educación musical y los puntos expuestos anteriormente, como por ejemplo, el solo hecho de fijar la atención en las letras de las canciones, en aprendérselas, no es algo mecánico, ya que tiene un significado que generalmente es de carácter informativo con respecto al sentir de una sociedad en un contexto determinado; esto favorece la empatía y abre una posibilidad expresiva única, que a su vez, se relaciona con la imaginación.
Otro aspecto a destacar, es, por ejemplo; la sociabilidad, esto dado por la habilidad de trabajar en equipo que otorga el pertenecer a un ensamble, banda u orquesta; puesto que se aprende a colaborar y construir camaradería. Es una habilidad que, por lo general, los niños tienen por naturaleza, pero se va perdiendo; la educación académica tiende a la individualización y la competencia, en cuanto a la música; es esencial que todos vayan al mismo ritmo y que se apoyen unos a otros para lograr sacar la o las piezas objetivo y culminar con un recital; algo que, a su vez, genera un grado de satisfacción muy alto y con ello, de autoestima y seguridad.
Hay otro detalle muy importante que muchas veces se deja lado conforme la edad avanza, la gimnasia cerebral que es de vital importancia y promueve, entre otras cosas; agilidad mental, mejor resolución de problemas y puede retrasar o evitar problemas de salud mentales como el estrés crónico o la demencia. La educación musical entra aquí en el sentido en qué un músico debe recordar y procesar grandes cantidades de información durante la práctica de un instrumento, que va desde memorizar a nivel muscular cómo se toca, pero también descifrar las notas, tocarlas de manera adecuada por las cuestiones del ritmo, los tonos, velocidad, armonía; ¡todo a la vez! Hace falta media hora de práctica para dar al cerebro una buena dosis de ejercicio.
La música también nos permite adentrarnos a otros países e idiomas ya que que muchas piezas son en idiomas extranjeros; específicamente en óperas es importante conocer los contextos en los que fueron compuestas para darle una mayor calidad interpretativa y, por otro lado, fomentar ejercicios de pronunciación que nos acercan a su vez, a la lingüística y a la apreciación de otras culturas.
Hemos hablado de muchos de los beneficios –y no todos- que otorga la educación musical, pero poco de cómo transforman la vida de las personas, vamos a ellos; se entiende pues que en efecto tiene un gran impacto en cuestión académica pero también hay otros aspectos de la vida de adulto como la parte de la disciplina que puede generarse por aprender a tocar un instrumento; esto porque se le tiene que dedicar tiempo, concentración, se tiene que aprender a administrar los horarios y fijar metas; como incentivo se tienen los avances en su habilidad interpretativa y esto es motivación suficiente para replicar estas prácticas en otros aspectos de su día a día, como el deporte o eventualmente, el trabajo. Se generan adultos responsables y comprometidos con sus objetivos que son alcanzado con esfuerzo propio.
Todos estos beneficios que puede dar la educación musical nos llevan a un fortalecimiento del carácter, de la disciplina y de la autoestima; los cuales tiene un efecto directo y positivo en nuestro desarrollo humano, gracias a ello un estudiante de música tiende a ser menos propenso a abusar de sustancias nocivas a lo largo de su vida; lo cual se traduce en adultos funcionales y exitosos, o que al menos, se esfuerzan siempre en conseguirlo.
Con todo esto no queremos decir que la educación musical desde temprana edad nos va a solucionar la vida o que es la llave del éxito, claro que no; pero si desarrolla habilidades esenciales para lograrlo. Quizás con todo este texto que acabas de leer puedas llegar a dilucidar qué habría sido de nuestra sociedad de haber tenido educación musical desde niños a lo largo de la historia de la humanidad, ¿tú que te imaginas?