Por: Ilse Villanueva
Probablemente, al escuchar la expresión “música clásica” te vengan a la mente al menos una pieza o fragmento musical, un músico, instrumentos, conciertos o la imagen tal vez de una orquesta presentándose en un auditorio; lo cierto es que este concepto es solo para referirse a una corriente musical perteneciente a un periodo específico, ¿conoces su origen? Te invitamos a descubrirlo.
Los siglos XVII y XVIII fueron el periodo formativo de la música clásica y vieron nacer la ópera, el oratorio, la sonata, el concierto y la sinfonía. Los italianos fueron los primeros en desarrollar estos géneros y prosiguieron los alemanes, austriacos e ingleses.
Probablemente, en la publicidad de cualquier tipo de evento, desde un festival gastronómico hasta un concurso de talentos, has podido observar el logo de alguna marca; estas funcionan como los patrocinadores que hacen posible su realización. En los siglos anteriores, muchos músicos dependían precisamente del patrocinio de un “mecenas” y no se trataban de marcas de ropa o alimentos; sino de algún príncipe, un eclesiástico bien provisto de fondos o un aristócrata; muchos de ellos con su propia corte y fue, gracias a su entusiasmo –y recursos, obviamente- que hicieron de Italia y Alemania los países con mayor adelanto musical en Europa.
A continuación te mostramos algunos de los más importantes músicos y pioneros de la música clásica.
Johann Sebastián Bach (1685-1750) venía de una familia de músicos; ocupó el puesto de organista y director musical en gran número de pequeñas cortes germanas antes de convertirse en el maestro de capilla de la iglesia de Santo Tomás en Leipzig en 1723. Fue en este lugar donde compuso la “Misa en Si menor” y “la Pasión según San Mateo”; así como las cantatas y motetes que fijaron su reputación como uno de los más grandes compositores de todos los tiempos.
El otro gigante de la música de principios del siglo XVIII fue G. Frederick Händel (1685-1759) quien nació en Sajonia, Alemania al igual que Bach; incluso, en el mismo año.
En contraste con la tranquila vida provincial de Bach, Haendel experimentó una agitada carrera internacional que inició tras sus estudios en Italia escribiendo ópera a la usanza de este país. Fue en 1712 cuando se mudó a Inglaterra donde dedicó mayor parte de su vida a tratar de dirigir una compañía del mismo género.
Haciendo un salto en el tiempo y yéndonos hasta el siglo XIX, Johannes Brahms fue el único compositor alemán contemporáneo a Wagner que tuvo jerarquía suficiente para ponerse de alguna manera a la misma altura que él. Wagner fue el revolucionario, el hombre del futuro; Brahms, por su parte, fue el clasicista que abordaba las formas abstractas, quien en el curso de su vida nunca escribió una nota de música de programa y mucho menos una ópera. Wagner ejercería enorme influencia sobre el futuro. Con Brahms, la sinfonía, en la forma que le confirieron Beethoven, Mendelssohn y Schumann, llegó a su fin.
“El pájaro de fuego”, pieza estrenada el 25 de junio de 1910, fue la primer obra del compositor Igor Stravinsky, quien, con tan solo veintiocho años, alcanzó la fama de la noche a la mañana tal como había previsto Diaghilev en la víspera del estreno.
Esta brillante partitura fue un ejercicio de nacionalismo ruso derivado de la música de Rimsky-Korsakov en general y de una obra suya en particular: “El gallo de oro”; en comparación, se destacó por ser mucho más audaz y original que todas las obras de Rimsky y fue así que todos comprendieron que había aparecido un compositor fuera de lo común.
La música clásica es de escuela, pero no por eso aburrida o solo para cierto tipo de público, los videos aquí proporcionados te demuestran que están al alcance y disfrute de todos; tal vez solo faltaría descubrir cuál es tu género o autor preferido que seguro encontrarás con el tiempo.